lunes, 14 de septiembre de 2015

Wishlist

¡Hola a tod@s!

Hoy os traigo algo que no quiero que pase. Algo que no quiero hacer.

Y es que se va acercando ese día fatídico, ese día horrible. Mi cumpleaños.

Odio cumplir años con todas mis fuerzas. El hacerme vieja (sí, yo ya me creo una vieja; que no anciana, uff no, qué asco) y llegar a esa edad horrible en la que ya puedes usar la expresión “cuarto de siglo” (si los tienes o has tenido y yo te he felicitado, segurísimo que te la he puesto, que soy así de maja).

Es una expresión que saqué de una de mis películas favoritas “Some like it hot” o “Con faldas y a lo loco” en español (queda mejor en español). La decía Marilyn Monroe en una de sus primeras escenas en la película. Más o menos decía “Tengo 25 años. Eso es casi un cuarto de siglo. Le da a una qué pensar”. Y creo que es con lo que más me quedé de la película. El resto del mundo se quedará con el “Nadie es perfecto”. Yo con un “se avecina la vejez con cada año que cumples”.

Y luego también me venía a la cabeza una de mis series de cabecera: Friends. Es una serie que puedo ver mil veces y saberme todos los diálogos, pero de la que nunca me canso. Como de Los Simpson, pero solo los capítulos buenos, los nuevos y los muy viejos son malos con avaricia.


Total, que de Friends me acordaba de, cuando había algún cumpleaños, la reacción que tenía Joey.


Y eso que él cumplía 30...

Y también me hace gracia que ésa escena viene del treinta cumpleaños de Rachel…


¿Qué saco en claro de todo esto? Pues, ya que estoy con Friends, Ross tiene la frase perfecta:



Sí, soy el melodrama en persona.

Total, que cumplir años no me gusta, pero recibir regalos sí. Y mucho. Es algo de lo que nunca me cansaría. Ojo, que también me gusta regalar. Me encanta pensar en esa persona a la que va destinada mi regalo, el pensar qué le gustaría, el cómo se lo entregaré, el envoltorio… Adoro hacerlo. Son gestos que para mí no tienen precio. Y si encima se acierta, mejor. Ahora imaginaos que digo todo esto siendo el jefeWiggum (risa malévola): 

https://www.facebook.com/video/video.php?v=586247701404126

Pero bueno, me dejo de rollos y de chorradas de las mías. Aquí está mi Wishlist :)

Pantalón negro

Pantalón gris

Mono negro

Falda gris

Pantalón vaquero

Zapatos negros charol

Zapatillas blancas


Chaqueta pelo negro

Blusa lazo

Vestido rayas

Bolso

Zapatillas doradas

Bata zorro

Camiseta pijama Hogwarts

Pantalón pijama Hogwarts

Cinturón hebilla

Collar triángulos

Tangle Teezer

Stan Smith de Adidas
Y yo creo que ya. Jajaja. Es mucho. Y en realidad no pongo todo lo que quiero. Soy demasiado antojadiza. Pero ésto es lo que más quiero/necesito. (Pulsando en la leyenda de cada imagen sale el link a la página).

Espero que os haya gustado. (Guiño, guiño)

Ana


miércoles, 9 de septiembre de 2015

Un fin de semana en la Sierra de la Culebra


¡Hola a tod@s!

Hoy os traigo un post muy visual. Y es que, después de bastantes años (la última vez que estuve era rubia...), he vuelto al pueblo de adopción: Santa Cruz de los Cuérragos. Y más que nada fui porque sabía que o íbamos al Lago de Sanabria (si hacía bueno para ir) o a Bragança (si no hacía tan bueno para ir al Lago). 

El viernes llegamos para comer y la verdad es que al solecito se come de vicio (jiji, pareado). Y después de la siesta, me vino a recoger mi madre para llevarme a un sitio al que, no sé muy bien porqué, pero nunca me había decidido a ir: a los Infiernos. Ya el nombre parece que te tira para atrás y que no te apetece mucho ir. Pero todo lo contrario. Pude comprobar que es un sitio precioso y que merece mucho la pena el bajar hasta allí. No es una caminata muy larga (o por lo menos no me lo pareció) y no es una cuesta en zigzag muy pronunciada. Eso sí, hay maleza para aburrir (lo gracioso es que al principio hay un cartel en el que pone "Acondicionamiento de la ruta Valle Infiernos"; mentira cochina, han "acondicionado" los primeros cien metros y ya). 

La lista de mí, no llevé la cámara de fotos, y sólo hice fotos con el móvil en el final y en la subida, pero aquí os las dejo:
El puente.





Vistas desde la ruta.

Al fondo se ve Bragança.

Perdonad la calidad de las fotos, pero caca de cámara de móvil :/.

Al día siguiente hacía bueno (yuhuu!!!) así que preparamos la comida y fuimos al Lago de Sanabria. Igual hacía siete años que no iba, y ya tenía muchas ganas (ya que no he ido a la playa este año, pues el sustituto es el lago). Y qué os puedo decir. Que si no habéis ido nunca, no sabéis lo que os perdéis. Hay que ir. Es un lugar digno de ver. Tened en cuenta que es un lago de origen glaciar, así que el agua caliente no está, más bien está fresca. O muy fresca. Pero a mí eso me da igual, yo me baño haga frío o calor. Os dejo un par de fotos (parecen la misma, pero no). 




Se ven muy oscuras porque las hice cuando nos íbamos (se atormentaba la vecina).

Era pronto todavía para volver al pueblo, así que decidimos ir a tomar algo a Puebla de Sanabria. Os dejo unas cuantas fotos. 
Estaba el pueblo en fiestas.

Ésto no sé por qué estaba ahí ni lo que es, pero me gustó.

El castillo de Puebla.



Por si no sabes lo que es el césped, pues te lo indican.


Las casas del casco antiguo son preciosas.






Sí, sólo hay casas con enredaderas. Me obsesionan.
Y esto es todo. No pude hacer fotos del resto de los sitios a los que fui porque mi móvil estaba apagado, pero cuando vuelva las hago, con mejor calidad, y las comparto con todos vosotros. Un beso enorme y espero que os haya gustado mucho el pedacito de la Sierra de la Culebra que os enseño.

Ana 

domingo, 30 de agosto de 2015

¡DE VUELTA! + EXPLICACIONES + VACACIONES

No voy a decir ni "¡Hola!" ni nada. Es más, me voy a dar la "rebienvenida" a mí misma a mi blog: ¿Serás vaga? Que no eres capaz a pasarte por aquí a saludar ni nada. ¡Capulla! (¿Habéis visto, que maja soy conmigo misma? Si es que soy todo amor). Si es que ya no sé cuánto hace que no escribo. Demasiado. Ahora lo "medio hago" por Instagram. Pero a mí me hace falta esto, el decir al mundo (o a los cuatro gaticos (y monetes) que me lean, lo que he hecho, lo que he querido hacer y no he podido, lo que me gusta. En fin, lo que soy yo. Y es que llevo todo el año y todo el verano con los ojos pegados a YouTube, viendo lo que otras cuentan, y me daban envidia. Y yo sé de sobra que en la vida me voy a abrir un canal de YouTube, pero que tengo tres o cuatro blogs abiertos y que no uso ninguno. Y con lo vergonzosa que soy hablando y la poca vergüenza que tengo escribiendo, pues no había más. Lo mío son los blogs. Lo de los Vlogs no lo tengo previsto a corto plazo.
¿Y todo esto a qué viene? Pues a que es el último domingo de Agosto, a que en mi casa huele a paella que te cagas y que llevo queriendo escribir bastante y no me decidía. El olor a paella me ha inspirado. Eso, y que llevo viendo en Instagram cosas hiperadorables y supermonas que me han encantado y, no sé, me apetecía escribir. Sin más. 
[Qué rollo os estoy soltando, pero es que ya no sé ni lo que escribo de las ganas que tenía de escribir].
¿Y qué os vengo a contar? ¡Pues demasiadas cosas! No sé ni por dónde leches empezar. Quiero hablaros de lo que he hecho este verano (bueno, de lo que yo denominaría vacaciones en sí, como los días que he estado en Salamanca o en Madrid, que tampoco es que haya viajado como una loca), de lo que he descubierto, de cosas que me han encantado y quiero compartir, de mis "wishlist" de otoño, de mis futuros planes...yo qué sé. Ahora mismo tengo tantas cosas en mente, que me parece que mis dedos van demasiado despacio al escribir y que se me van a olvidar la mayoría de las cosas. Y seguramente. Tendré que hacer como tres o cuatro entradas para contarlo todo. Y creo que voy a empezar por el verano, que va a ser lo más fácil.

LAS AVENTURAS POR TIERRAS CHARRAS

Salamanca es donde comienza mi terreno vacacional. Mi mejor amiga volvía de Berlín por vacaciones e iba a pasar unos días allí. Así que yo, sin pensarlo dos veces (hacía como milenios que no nos veíamos) me cogí un bus y me planté en mi adorada Salamanca. Qué decir de esta ciudad: pues que si habéis estado sabréis de lo que hablo. Y si no, no sé que hostias hacéis con vuestra vida que no vais a conocerla. También os digo que vayáis a verla en primavera-inicios de verano, que el frío/calor charro es mu majo y os helaréis/achicharraréis. Entretiempo es el mejor momento. Llevad calzado cómodo (¡ATENCIÓN! Suelo MUY empedrado) y una cámara. Se puede hacer mucho postureo. Y eso fue lo que hicimos nosotras. Aprovechamos para re-re-re-visitar los sitios más míticos y hacernos unas cuantas fotos (que para eso mi amiga tenía una Reflex). Y las tiendas. NO NOS OLVIDEMOS DE LAS TIENDAS. La calle Toro es un templo para mí. Que sí, que la Catedral, la Plaza Mayor y la Universidad están muy bien y son muy bonicas. Pero a mí es que las tiendas me pierden. Y eso que no compré nada. Pero bueno. (OJO, que no estoy poniendo a las compras por encima de los valores culturales y el patrimonio, no soy tan estúpida).
Y lo pasamos muy bien. Te echaba de menos, T.

LAS AVENTURAS POR LOS MADRILES 
(aunque yo los llamo "mandriles" que me hace más gracia)

Me encanta ir a Madrid. Y es normal, porque si pasas de estar en un sitio en el que ya sabes todo lo que hay, a una ciudad en la que hay de todo, pues como que me compensan los 300 km. por muy pesada que sea la gente que hay en el autobús (no creo que exista un viaje en el que haya ido tranquila de verdad). De Madrid me encanta todo, menos la muchedumbre, el calor y la capa de contaminación que se ve según sales del túnel de Guadarrama. Yo sólo pienso en que nunca jamás verán un cielo azul de verdad si no se alejan unos cien kilómetros del centro ciudad. Qué horror. Pero mis descubrimientos (y todo lo que me queda por descubrir) los dejo para otra entrada. 
En esta ocasión nos vamos muy hacia el sur, a un lugar al que me encanta ir. Pero no por el sitio en sí, que no está mal, sino por la gente. Por la que yo ya considero MI GENTE. Y es que no hay verano que no supere al anterior. Éste es el tercero que voy allí a las fiestas. Y aunque este año no he participado en ninguna prueba de los juegos, creo que es el año en el que mejor me lo he pasado, salvando alguna excepción (que de esas siempre hay, qué se le va a hacer). Pero se compensa con el cariño recibido y con las risas, sobre todo con las risas. Porque me he reído mucho y me hacía falta. Y también me he tirado por un puente. Me he vuelto loquísima. Éste puente concretamente, está en la presa de Picadas. El agua da mucho asquete (es un pantano) y el puente, cuando tú lo miras desde abajo dices: Bah, pues no es pa´tanto. Ay maja cuando estás arriba. Da mucha impresión.
Pero eso no es lo gracioso del asunto. El caso es que la primera vez que me tiré, que estuve un rato grande hasta que lo hice, me llevé medio pantano en la nariz y un golpe en el culo. Caída y coordinación no funcionan con el miedo. La segunda más de lo mismo, pero al final me tiré. Pero ¡ay morena, la tercera! Me entró un canguelo de los gordos, de los de taquicardia y mareo incluidos. Lo pasé fatal. Pero es de estas cosas que, o las haces, o va a ser muy difícil que las vuelvas a hacer. Estaban esperando para grabar el salto, pero pasé de todo. Y encima fue la vez que más recta me tiré. Pero bueno, ya para el año que viene.

Sólo me queda dar las gracias a todos los que habéis formado parte de mis vacaciones. Y a los que lean mi blog, por volver y aceptar mis disculpas.

Ana